Los asesinatos de la concejal Marielle Franco y Anderson, su conductor, acribillados a tiros el 14 de marzo de 2018, cerca de la alcaldía de Río de Janeiro; y la muerte brutal, en un bar de Salvador (Bahia), el 7 de octubre del Maestro de Capoeira Moa del Katendê, con 12 cuchilladas después que expresó públicamente su voto contra Bolsonaro, muestran cuánto, actualmente, el debate político en Brasil refleja el discurso de intolerancia que marcó las últimas elecciones. Esa intolerancia se confirma cuando, el entonces candidato a gobernador provincial, Wilson Witsel y candidatos al legislativo, el policía militar Daniel Silveira y el abogado Rodrigo Amorim, exhiben como trofeo la retirada de una placa en homenaje a Marielle Franco, esas son las evidencias de como ocurrió la campaña electoral en Río de Janeiro.
La concejal Marielle Franco y Moa del Katendê eran reconocidos activistas ligados también a la lucha contra el racismo. La muerte de ambos, por lo que representan configuran igualmente un atentado contra la lucha de los negros brasileños por mayor representatividad y participación en la política del país. Por eso, la impunidad del caso Marielle y Anderson y la forma como Maestro Moa del Katendê fue asesinado marcan el mes de la Conciencia Negra, y significan que aún hay mucho que hacer en la resistencia contra aquellos que no respetan la lucha del pueblo negro en Brasil y sus merecidas reparaciones históricas